LA PIEDRA TALLADA
A partir del Paleolítico y durante toda la Prehistoria,
el hombre utilizó la talla de la piedra para construir sus herramientas. En los
yacimientos aparecen tanto los instrumentos
que fabricó, como los restos que
quedaban y que para él no tenían ninguna
valor.
Entre los utensilios y restos de talla que han aparecido
en Puebla destacan:
§ Buriles:
Son útiles sobre lasca o lámina que poseen un ángulo diedro producido por una
extracción intencionada de al menos una laminita, mediante un golpe denominado
“golpe de buril”. Sirve para realizar incisiones en cuero, madera, hueso, etc.,
al desplazar su arista en posición oblicua sobre el objeto que se quiere
trabajar.
§ Cantos
trabajados: Son guijarros preparados con amplia talla que conservan parte
del córtex (corteza) original. Su función sería variada: hender, cortar,
romper, etc. Algunos presentan talla unifacial y se denominan “chopper” y otros
son bifaciales, denominándoseles “choppin tool”. En los cantos de talla
unifacial se produce un filo que suele ser redondeado, mientras que en los bifaciales el filo es más bien apuntado y
sinuoso. La parte opuesta al filo conserva el córtex, lo que permite asir la
pieza con facilidad.
§ Cuchillos:
Son útiles sobre lasca o lámina que tienen uno de sus bordes afilado y no
retocado o con huellas de uso, mientras que el otro aparece bien con retoques
simples o abruptos o bien es el córtex del núcleo. En los cuchillos de dorso
natural aparece una superficie con córtex, que se opone al filo. Sirven para
cortar.
§ Denticulados:
Son lascas o láminas que han sufrido en su borde abundantes retoques,
ocasionando un filo dentado no siempre regular. Se usaban a modo de sierra para
cortar madera, hueso o asta.
§ Dientes
de hoz: Son piezas para ser engarzadas en serie. Generalmente tienen forma
rectangular con sección triangular o trapezoidal. Uno de sus bordes bien es de
dorso natural o puede estar retocado para ser incrustado en una ranura. El otro
es cortante, pudiendo ser también natural o estar denticulado, presentando un
brillo característico denominado “lustre de cereal”. Los lados menores suelen
ser fracturados o retocados de forma más o menos abruptamente. Aparecen en el
Neolítico y perduran hasta la Edad del Bronce.
§ Escotaduras
o muescas: Son concavidades, retocadas o no, que se producen en los bordes
de lascas y láminas. Algunas se originan de forma no intencionada, al usar una
pieza por azar. Sirven para afilar o aguzar por sus extremos objetos de hueso o
madera o para regularizar longitudinalmente sus superficies.
§ Foliáceos:
Su nombre lo reciben porque su forma es parecida a la de algunas hojas. Son
piezas que presentan un retoque plano que adelgaza su grosor, produciendo
aplanamiento. Se fabrican sobre lascas o láminas ovaladas o romboidales con
retoques bifaciales cubrientes. Se utilizaban para armar el extremo de un
objeto arrojadizo. Uno de los tipos de foliáceos son las puntas de flecha.
§ Geométricos:
Son fragmentos de láminas o laminitas obtenidos mediante truncaduras. Conservan
algún filo sin retoque y no deben presentar restos de talón o de bulbo. Se
fabricaban, generalmente, con la técnica del microburil. Según la forma que
presentan reciben distintos nombres: segmentos o semicírculos, triángulos y
trapecios. Parece que estaban hechos para ser engarzados en un astil,
defendiendo algunos investigadores que serían utilizados como puntas de flecha.
Otros creen que podían engarzarse a modo de arpón, diente de hoz, etc. Aparecen
en el Paleolítico Superior y son muy abundantes en el Mesolítico y Neolítico.
También se usaron en la Edad del Cobre.
§ Láminas:
Son extracciones que se diferencian de las lascas en que su longitud es igual o
superior a dos veces la anchura de la pieza. Cuando en uno de sus bordes
presenta un retoque continuo, regular y abrupto, que ha eliminado el filo
natural creando un nuevo borde cortante, se llama “lámina de borde abatido”. Se
cree que uno los usos que tendrían sería el de raer.
§ Laminitas:
Son elementos que mantienen las proporciones fijadas para las láminas, pero con
un grosor y longitud inferiores. Las laminitas que presentan retoques abruptos
en un lado reciben el nombre de “laminitas con dorso”. Unas son de dorso espeso
con retoques bifaciales, que pueden hacer que desaparezca la arista central.
Podían ser pequeños cuchillos cortos que se usarían apoyando un dedo en la
parte retocada. Otras presentan retoques marginales y puedieron ser embutidas
en vástagos de madera, siendo sujetadas mediante resinas.
§ Laminitas
y láminas para hoces: Son láminas y laminitas con retoques bifaciales que
presentan un borde denticulado con “lustre de cereal”. Su función es similar a
la de los dientes de hoz, apareciendo también en el Neolítico.
§ Lascas:
Son fragmentos de piedra que se desprenden del núcleo al ser golpeado.
Generalmente presentan bordes afilados, un talón (punto donde se recibe el
golpe), una cara dorsal con aristas y una cara ventral lisa con un bulbo (abultamiento producido por el golpe).
Hay varios tipos de lascas: corticales o de primer orden (conservan restos de
córtex y provienen del descortezado del núcleo), de segundo orden (si muestran
huellas de otra extracción anterior), de tercer orden, desbordantes o
sobrepasadas (si al desprenderse lo han hecho arrancando porte del núcleo),
etc.
§ Lascas
levallois: Son las que proceden de un núcleo levallois. Presentan un talón
facetado y una cara dorsal con numerosas aristas que reflejan parte de la
superficie del núcleo levallois. Si su talón no es facetado o conserva parte
del córtex, la lasca sería atípica.
§ Microburil:
Son los restos de láminas o laminitas que quedan tras la fabricación de los
geométricos. Se producen a partir de una muesca retocada y de una fractura.
Muchos arqueólogos no los consideran útiles.
§ Nódulos:
Son guijarros o cantos de distintos materiales (sílex, cuarcita, caliza, etc.)
que el hombre prehistórico empleó para fabricar sus instrumentos. Eran piedras
duras pero fáciles de trabajar.
§ Núcleos:
Son masas líticas que sirven para extraer otras piezas y que han sido
preparadas a partir de nódulos o cantos. También se denominan así a los restos
agotados por las sucesivas extracciones de esas masas o los estadios
intermedios de su utilización. Pueden ser de diferentes tipos, según la forma
que adoptan: prismáticos, piramidales, discoidales, poliédricos, globulares,
bipolares, informes, etc.
§ Núcleos
levallois: Tienen forma de caparazón de tortuga y sirven para extraer
lascas predeterminadas y libres de córtex. Para ello se comienza tallando el
borde del nódulo a su alrededor, para luego ir eliminando el córtex de una o
ambas caras mediante extracciones centrípetas más o menos convergentes.
Presentan así una cara que recibe el nombre de “superficie levallois”, formada
por una serie continua de contrabulbos, quedando de esta manera preparada para
la obtención de lascas y puntas.
§ Percutor:
Objeto que sirve para golpear los nódulos y núcleos para obtener lascas, retocarlas o dar forma a una pieza. Podía ser
de piedra, hueso, asta, madera, etc.
§ Perforadores:
Son lascas o láminas que presentan una punta saliente a modo de morro, que
puede ser recta, desviada o incurvada, obtenida por retoques bilaterales.
Servía para realizar perforaciones en piedra, madera, hueso, cuero, etc.,
mediante un movimiento giratorio.
§ Puntas:
Son lascas de contornos más o menos triangulares. Presentan en su cara dorsal
una arista o arista doble y, por tanto, su sección es triangular o trapezoidal.
Las puntas levallois presentan un talón preparado y en su cara dorsal aparecen
tres negativos de extracciones anteriores: dos de ellos convergen en una arista
en el extremo distal de la pieza, mientras que el otro es central y convexo y
va desde el talón hasta la arista. Si presentan muchos retoques, destinados a
aguzar su silueta, se llaman “puntas musterienses”. Éstas también pueden
obtenerse de lascas no levallois.
§ Puntas
de flecha: Son piezas foliáceas destinadas a ser engarzadas en un vástago
de madera para fabricar una flecha. A veces pueden presentar un pedúnculo
(prolongación opuesta al ápice o punta) y aletas (apéndices laterales más o
menos marcados). Se confeccionaban con un retoque plano que puede ser cubriente
(si cubre toda la pieza) o invasor (si sólo la cubre en parte). La finalidad de
este retoque es afilar sus bordes, aguzar su punta y adelgazar la pieza, para
hacerla más aerodinámica y facilitar la penetración en la carne. Cuando se
incrustan y chocan con el hueso se fracturan fácilmente, haciendo que las
aristas dificulten el cierre de la herida, produciendo hemorragias e
infecciones. Las aletas dificultan que la punta se desprenda de la carne.
§ Puñales
y alabardas: Son útiles de sílex que presentan un extremo (en el caso de
los puñales) o los dos (si son alabardas) aguzados. Los bordes son cortantes.
Su retoque es plano cubriente o invasor. Los mangos de los puñales podían ser
de marfil, hueso, madera, etc.
§ Rabot
o garlopa: Es un núcleo prismático (raramente piramidal), preparado en
forma de raspador con un borde retocado de forma lamelar. El borde suele ser
rectilíneo o suavemente convexo, de perfil muy oblicuo o que se acerca a la
vertical. Algunos investigadores no los consideran útiles.
§ Raederas:
Son piezas cortantes y ásperas que se emplean para raer (raspar una superficie
quitando pelos, sustancias adheridas, irregularidades, etc.). Presentan
retoques continuos que crean un filo agudo apto para eliminar grasas, pelos,
etc., de las pieles. No están hechas para cortar con facilidad. Son un útil
típico del Paleolítico Medio. Pueden ser de varios tipos: laterales,
transversales, convergentes, desviadas, inversas, etc.
§ Raspadores:
Son lascas o láminas que presentan en una o en ambas extremidades un retoque
continuo laminar, que define un frente más o menos redondeado que se denomina
“frente de raspador”. La pieza, que pudo ser enmangada, estaba destinada a
raspar, preferentemente pieles. Podía ser usado tanto en dirección hacia
delante como hacia atrás. Si son de pequeño tamaño se llaman “microrraspadores”.
§ Retocadores:
Son piezas que presentan retoques por aplastamiento de sus dos extremos o de
todos sus bordes. Se piensa que podían servir para hacer retoques en peladura o
que podían servir de yunques.
§ Truncadura:
Son láminas y laminitas (raramente lascas) que presentan, generalmente en su
extremidad distal, una línea recta, cóncava, convexa u oblicua, obtenida por
retoques abruptos continuos. Se empleaban bien como buriles o bien como
elementos cortantes.
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