lunes, 18 de agosto de 2014

LA PIEDRA TALLADA




LA PIEDRA TALLADA


            A partir del Paleolítico y durante toda la Prehistoria, el hombre utilizó la talla de la piedra para construir sus herramientas. En los yacimientos aparecen tanto los instrumentos  que fabricó, como los restos  que quedaban y  que para él no tenían ninguna valor.
            Entre los utensilios y restos de talla que han aparecido en Puebla destacan:

§  Buriles: Son útiles sobre lasca o lámina que poseen un ángulo diedro producido por una extracción intencionada de al menos una laminita, mediante un golpe denominado “golpe de buril”. Sirve para realizar incisiones en cuero, madera, hueso, etc., al desplazar su arista en posición oblicua sobre el objeto que se quiere trabajar.

§  Cantos trabajados: Son guijarros preparados con amplia talla que conservan parte del córtex (corteza) original. Su función sería variada: hender, cortar, romper, etc. Algunos presentan talla unifacial y se denominan “chopper” y otros son bifaciales, denominándoseles “choppin tool”. En los cantos de talla unifacial se produce un filo que suele ser redondeado, mientras que en los  bifaciales el filo es más bien apuntado y sinuoso. La parte opuesta al filo conserva el córtex, lo que permite asir la pieza con facilidad.

§  Cuchillos: Son útiles sobre lasca o lámina que tienen uno de sus bordes afilado y no retocado o con huellas de uso, mientras que el otro aparece bien con retoques simples o abruptos o bien es el córtex del núcleo. En los cuchillos de dorso natural aparece una superficie con córtex, que se opone al filo. Sirven para cortar.

§  Denticulados: Son lascas o láminas que han sufrido en su borde abundantes retoques, ocasionando un filo dentado no siempre regular. Se usaban a modo de sierra para cortar madera, hueso o asta.

§  Dientes de hoz: Son piezas para ser engarzadas en serie. Generalmente tienen forma rectangular con sección triangular o trapezoidal. Uno de sus bordes bien es de dorso natural o puede estar retocado para ser incrustado en una ranura. El otro es cortante, pudiendo ser también natural o estar denticulado, presentando un brillo característico denominado “lustre de cereal”. Los lados menores suelen ser fracturados o retocados de forma más o menos abruptamente. Aparecen en el Neolítico y perduran hasta la Edad del Bronce.

§  Escotaduras o muescas: Son concavidades, retocadas o no, que se producen en los bordes de lascas y láminas. Algunas se originan de forma no intencionada, al usar una pieza por azar. Sirven para afilar o aguzar por sus extremos objetos de hueso o madera o para regularizar longitudinalmente sus superficies.



§  Foliáceos: Su nombre lo reciben porque su forma es parecida a la de algunas hojas. Son piezas que presentan un retoque plano que adelgaza su grosor, produciendo aplanamiento. Se fabrican sobre lascas o láminas ovaladas o romboidales con retoques bifaciales cubrientes. Se utilizaban para armar el extremo de un objeto arrojadizo. Uno de los tipos de foliáceos son las puntas de flecha.

§  Geométricos: Son fragmentos de láminas o laminitas obtenidos mediante truncaduras. Conservan algún filo sin retoque y no deben presentar restos de talón o de bulbo. Se fabricaban, generalmente, con la técnica del microburil. Según la forma que presentan reciben distintos nombres: segmentos o semicírculos, triángulos y trapecios. Parece que estaban hechos para ser engarzados en un astil, defendiendo algunos investigadores que serían utilizados como puntas de flecha. Otros creen que podían engarzarse a modo de arpón, diente de hoz, etc. Aparecen en el Paleolítico Superior y son muy abundantes en el Mesolítico y Neolítico. También se usaron en la Edad del Cobre.

§  Láminas: Son extracciones que se diferencian de las lascas en que su longitud es igual o superior a dos veces la anchura de la pieza. Cuando en uno de sus bordes presenta un retoque continuo, regular y abrupto, que ha eliminado el filo natural creando un nuevo borde cortante, se llama “lámina de borde abatido”. Se cree que uno los usos que tendrían sería el de raer.

§  Laminitas: Son elementos que mantienen las proporciones fijadas para las láminas, pero con un grosor y longitud inferiores. Las laminitas que presentan retoques abruptos en un lado reciben el nombre de “laminitas con dorso”. Unas son de dorso espeso con retoques bifaciales, que pueden hacer que desaparezca la arista central. Podían ser pequeños cuchillos cortos que se usarían apoyando un dedo en la parte retocada. Otras presentan retoques marginales y puedieron ser embutidas en vástagos de madera, siendo sujetadas mediante resinas.

§  Laminitas y láminas para hoces: Son láminas y laminitas con retoques bifaciales que presentan un borde denticulado con “lustre de cereal”. Su función es similar a la de los dientes de hoz, apareciendo también en el Neolítico.

§  Lascas: Son fragmentos de piedra que se desprenden del núcleo al ser golpeado. Generalmente presentan bordes afilados, un talón (punto donde se recibe el golpe), una cara dorsal con aristas y una cara ventral lisa con un  bulbo (abultamiento producido por el golpe). Hay varios tipos de lascas: corticales o de primer orden (conservan restos de córtex y provienen del descortezado del núcleo), de segundo orden (si muestran huellas de otra extracción anterior), de tercer orden, desbordantes o sobrepasadas (si al desprenderse lo han hecho arrancando porte del núcleo), etc.





§  Lascas levallois: Son las que proceden de un núcleo levallois. Presentan un talón facetado y una cara dorsal con numerosas aristas que reflejan parte de la superficie del núcleo levallois. Si su talón no es facetado o conserva parte del córtex, la lasca sería atípica.

§  Microburil: Son los restos de láminas o laminitas que quedan tras la fabricación de los geométricos. Se producen a partir de una muesca retocada y de una fractura. Muchos arqueólogos no los consideran útiles.

§  Nódulos: Son guijarros o cantos de distintos materiales (sílex, cuarcita, caliza, etc.) que el hombre prehistórico empleó para fabricar sus instrumentos. Eran piedras duras pero fáciles de trabajar.

§  Núcleos: Son masas líticas que sirven para extraer otras piezas y que han sido preparadas a partir de nódulos o cantos. También se denominan así a los restos agotados por las sucesivas extracciones de esas masas o los estadios intermedios de su utilización. Pueden ser de diferentes tipos, según la forma que adoptan: prismáticos, piramidales, discoidales, poliédricos, globulares, bipolares, informes, etc.

§  Núcleos levallois: Tienen forma de caparazón de tortuga y sirven para extraer lascas predeterminadas y libres de córtex. Para ello se comienza tallando el borde del nódulo a su alrededor, para luego ir eliminando el córtex de una o ambas caras mediante extracciones centrípetas más o menos convergentes. Presentan así una cara que recibe el nombre de “superficie levallois”, formada por una serie continua de contrabulbos, quedando de esta manera preparada para la obtención de lascas y puntas.

§  Percutor: Objeto que sirve para golpear los nódulos y núcleos para obtener lascas,  retocarlas o dar forma a una pieza. Podía ser de piedra, hueso, asta, madera, etc.

§  Perforadores: Son lascas o láminas que presentan una punta saliente a modo de morro, que puede ser recta, desviada o incurvada, obtenida por retoques bilaterales. Servía para realizar perforaciones en piedra, madera, hueso, cuero, etc., mediante un movimiento giratorio.

§  Puntas: Son lascas de contornos más o menos triangulares. Presentan en su cara dorsal una arista o arista doble y, por tanto, su sección es triangular o trapezoidal. Las puntas levallois presentan un talón preparado y en su cara dorsal aparecen tres negativos de extracciones anteriores: dos de ellos convergen en una arista en el extremo distal de la pieza, mientras que el otro es central y convexo y va desde el talón hasta la arista. Si presentan muchos retoques, destinados a aguzar su silueta, se llaman “puntas musterienses”. Éstas también pueden obtenerse de lascas no levallois.







§  Puntas de flecha: Son piezas foliáceas destinadas a ser engarzadas en un vástago de madera para fabricar una flecha. A veces pueden presentar un pedúnculo (prolongación opuesta al ápice o punta) y aletas (apéndices laterales más o menos marcados). Se confeccionaban con un retoque plano que puede ser cubriente (si cubre toda la pieza) o invasor (si sólo la cubre en parte). La finalidad de este retoque es afilar sus bordes, aguzar su punta y adelgazar la pieza, para hacerla más aerodinámica y facilitar la penetración en la carne. Cuando se incrustan y chocan con el hueso se fracturan fácilmente, haciendo que las aristas dificulten el cierre de la herida, produciendo hemorragias e infecciones. Las aletas dificultan que la punta se desprenda de la carne.

§  Puñales y alabardas: Son útiles de sílex que presentan un extremo (en el caso de los puñales) o los dos (si son alabardas) aguzados. Los bordes son cortantes. Su retoque es plano cubriente o invasor. Los mangos de los puñales podían ser de marfil, hueso, madera, etc.

§  Rabot o garlopa: Es un núcleo prismático (raramente piramidal), preparado en forma de raspador con un borde retocado de forma lamelar. El borde suele ser rectilíneo o suavemente convexo, de perfil muy oblicuo o que se acerca a la vertical. Algunos investigadores no los consideran útiles.

§  Raederas: Son piezas cortantes y ásperas que se emplean para raer (raspar una superficie quitando pelos, sustancias adheridas, irregularidades, etc.). Presentan retoques continuos que crean un filo agudo apto para eliminar grasas, pelos, etc., de las pieles. No están hechas para cortar con facilidad. Son un útil típico del Paleolítico Medio. Pueden ser de varios tipos: laterales, transversales, convergentes, desviadas, inversas, etc.

§  Raspadores: Son lascas o láminas que presentan en una o en ambas extremidades un retoque continuo laminar, que define un frente más o menos redondeado que se denomina “frente de raspador”. La pieza, que pudo ser enmangada, estaba destinada a raspar, preferentemente pieles. Podía ser usado tanto en dirección hacia delante como hacia atrás. Si son de pequeño tamaño se llaman “microrraspadores”.

§  Retocadores: Son piezas que presentan retoques por aplastamiento de sus dos extremos o de todos sus bordes. Se piensa que podían servir para hacer retoques en peladura o que podían servir de yunques.

§  Truncadura: Son láminas y laminitas (raramente lascas) que presentan, generalmente en su extremidad distal, una línea recta, cóncava, convexa u oblicua, obtenida por retoques abruptos continuos. Se empleaban bien como buriles o bien como elementos cortantes.

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