CERRO
DEL TRIGO
Es una formación montañosa
de rocas calizas que alcanza escasa altura, pues se eleva menos de 100 m. sobre
las tierras que la rodean.
Está constituida por dos
alineaciones casi paralelas, separadas por una vaguada, que en dirección
este–oeste accidentan la llanura del Campo de Puebla, entre la Sierra de
Alcatín y las últimas estribaciones de la Sierra de la Zarza, en las cercanías
de Bugéjar.
La vegetación es muy pobre
debido a lo pedregoso del terreno y está constituida por plantas herbáceas y
espinosas junto a algún matorral de tomillo y esparto. No hay formaciones
arbóreas en sus proximidades. Al pie de sus laderas norte, este y oeste hay
cultivos de regadío, mientras que en la sur y en la vaguada intermedia se
cultivan los cereales de secano.
En
distintos puntos de las crestas de las alineaciones montañosas y en la vaguada,
se aprecian unos montículos que podían ser restos de túmulos (rundgräber) o
fondos de cabaña. Sus dimensiones son variadas y es posible que perteneciesen
a un hábitat prehistórico, que pudo
haber desaparecido al construirse, en la parte más alta, una fortificación
romana.
El
material encontrado es diverso, habiendo algunos útiles, como los raspadores y
las raederas que podían pertenecer al Paleolítico. También hay núcleos, lascas,
laminitas, dorsos, geométricos, puntas de flecha (cuatro de ellas encontradas
cerca de los montículos), trozos de piedra pulida y un fragmento de brazalete.
Esta industria lítica junto a la aparición, en las proximidades donde se
construyó el torreón de la fortificación romana, de algunos restos de cerámica
a mano, dos de ellos de una misma vasija que presentan acanaladuras semejantes
a las que decoran cerámicas de los Millares ( Almería ), nos inclinan a situar
estos vestigios dentro del Neolítico final o el Eneolítico precampaniforme.
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