CERRO DE LA CRUZ DE BUGÉJAR
El Cerro de la Cruz es un poblado ibérico que se encuentra cerca de
Bugéjar y de su fuente, en un cerro calizo de aspecto cónico que alcanza los
1180 m. de altura, que forma parte del límite entre Almería y Granada. Los
terrenos están formados por dolomías y calizas dolomíticas y hay una pequeña
zona al este de margas abigarradas, areniscas y yesos. La llanura que hay a sus
pies está constituida por conglomerados y limos.
Sus laderas son suaves, siendo de pendientes más acentuadas las del
norte y el sur, predominando en ellas la vegetación de esparto, habiendo también
tomillo, ajedrea y plantas espinosas y herbáceas.
La visibilidad desde su cumbre es buena, pues se domina la llanura
en torno a Bugéjar y se controlan los accesos que, atravesando o bordeando la
sierra de la Zarza, comunican esta parte de Granada con las provincias de Almería y Murcia. El camino
más importante, que pasa próximo al cerro es el conocido como El Paso Real o
Vereda de Huéscar, que es una antigua cañada real que atraviesa el Campo de la
Puebla.
En la elección del lugar de asentamiento tuvo que influir su
cercanía a la fuente de Bugéjar, que sería el principal suministro de la
población ibérica. Algunos restos de cauces de antiguas escorrentías, que desde
el cerro se dirigen al llano, podían indicar la existencia de algunos
manantiales en épocas pasadas.
Los vestigios arqueológicos se encuentran
tanto en sus laderas como en su cumbre. Hay materiales que se podrían encuadrar
dentro del Cobre–Bronce, incluso
anteriores, con presencia de fragmentos campaniformes, que habría que poner en
relación con el asentamiento de la Edad del Cobre, que hay en la huerta de
Bugéjar. Pero los restos más abundantes son los de época ibérica. Aparecen
numerosos trozos de vasijas de cerámica de barniz rojo, común ibérica (lisa o
decorada con motivos geométricos) y productos de importación, como las
cerámicas áticas de barniz negro y de figuras rojas. También hay escorias y
trozos muy fragmentados de instrumentos de hierro.
Tanto la cima del cerro como sus laderas,
sobre todo la sur, están muy deterioradas por la acción del ganado y, sobre
todo, por excavaciones clandestinas que han hecho grandes agujeros. Esto ha
permitido que en algunos lugares se aprecien restos de cimientos de casas
rectangulares, formados por piedras trabadas con barro.
La cumbre presenta un meseta ovalada con
aterrazamientos, para un mejor
aprovechamiento del terreno. La mayoría de los muros de contención están
realizados con piedras de tamaño medio, aunque la existencia de alguno con
piedras mayores podía indicar una muralla que estaría rematada por un torreón
cuadrangular en el oeste. En la parte más elevada del cerro se puede ver
un muro de 1 m. de grosor que
pertenecería a un gran edificio rectangular.
Otros lugares donde aparecen vestigios son
una cueva, situada en los inicios de la falda este del cerro y que tiene su
entrada por un agujero cenital, que pudo ser usada durante el Cobre, y en la
llanura al pie de la ladera sur del cerro, donde hay acumulaciones de piedras
que podían pertenecer a antiguas casas.
El yacimiento parece que no llegó a la
romanización, pues tan solo se recogen algunos restos de cerámicas campanienses
y muy pocas sigillatas que podían relacionarse con el asentamiento romano que
hay en Bugéjar.
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