miércoles, 3 de octubre de 2012

TOGADO TARDORREPUBLICANO PROCEDENTE DE LA CORTIJADA DE EL DUQUE (PUEBLA DE DON FADRIQUE, GRANADA) JESÚS FERNÁNDEZ PALMEIRO DANIEL SERRANO VÁREZ

no contiene hasta mejor ocasión las imagenes verdaderas . NO HE SABIDO COGERLAS DEL PDF


 TOGADO TARDORREPUBLICANO PROCEDENTE
                     DE LA CORTIJADA DE EL DUQUE
              (PUEBLA DE DON FADRIQUE, GRANADA)

                                                                         JESÚS FERNÁNDEZ PALMEIRO
                                                                             DANIEL SERRANO VÁREZ

RESUMEN

    La finalidad de este artículo es dar a conocer la escultura de un togatus encontrada en Puebla
de don Fadrique (Granada).
    Los últimos estudios asignan a este tipo de esculturas una cronología del final del periodo
republicano. Por sus características es semejante a las aparecidas en otros puntos de España,
especialmente los hallados en el santuario ibérico del Cerro de los Santos en Montealegre del
Castillo (Albacete).
    El yacimiento en que apareció ha proporcionado importantes materiales y se encuentra en el
campo de la Puebla, una zona intensamente romanizada.

ABSTRACT

    The object of this article is give to know the sculpture from a togatus found in Puebla de don
Fadrique (Granada).
    The last studies assign to this type of sculptures a chronology from end of Republican period.
Because its characteristics are similar from the appeared in other points to Spain, specially the
found in the iberian sanctuary from Cerro de los Santos in Montealegre del Castillo (Albacete).
    The archeological site in that what appeared have provided a lot of materials and itself find
in the country of Puebla, one zone romanize intensely.

    Fecha de recepción: mayo 2001.

                                                                                                   277





     FIGURA 1. Yacimientos ibéricos y romanos de Puebla de Don Fadrique.

     La   finalidad   de   este   artículo   es   dar   a   conocer   la   escultura   de   un   togado   encontrado   en   la
cortijada del Duque. En este lugar se ubica un extenso yacimiento en llanura, que ocupa una suave
loma cortada por la carretera que desde la Toscana se dirige a Bugéjar. Su elevación es de escasos
metros sobre los terrenos circundantes, dedicados al cultivo de cereales de secano (Fig. 1).
    Un estudio de materiales del yacimiento, que abarcan desde un periodo prehistórico hasta
                                                        1
época medieval, fue publicado por nosotros . En él detallábamos algunos aspectos geográficos
de la zona en la que se encuentra el asentamiento, por lo que ya no trataremos este aspecto.
     La estatua fue encontrada, casualmente, en el punto señalado en el plano de la fig. 2, A, en
la intersección de la carretera a Bugéjar con el camino que desde El Duque se dirige hacia la
acequia   de   Bugéjar,   en   el   lugar   indicado   en   la   fotografía   de   la   figura   2,   B   con   una   flecha.
Apareció boca abajo, sobresaliendo casi en su totalidad del nivel del suelo y acompañada de
otras piedras más pequeñas y brozas que habían sido depositados allí por el tractor al arar el

     1      FERNÁNDEZ PALMEIRO, J. y SERRANO VÁREZ, D.: «Un importante yacimiento ibero-romano en la
cortijada del Duque (Puebla de don Fadrique, Granada)».  Verdolay, 5, Murcia, 1993, págs. 89-107.


 terreno, actualmente plantado de árboles. Creemos que el tractor no la arrastraría desde un lugar
muy lejano, tanto por su considerable tamaño, como porque en la parte labrada no se aprecian
desperfectos que se hubieran producido por el roce.
    Próximo al lugar del hallazgo se ha acumulado, para facilitar las tareas agrícolas, un gran
montón   de   piedras,   que   posiblemente   se   utilizaron   en   construcciones   y   que   aparece   en   la
fotografía   de   figura   2,   B   en   la   parte   derecha.   Hay   también   restos   de   tégulas,   plaquetas   de
mármol, ímbrices y fragmentos de bloques de arenisca. Estos mismos materiales aparecen en las
lindes de los terrenos próximos.

DESCRIPCIÓN DE LA ESTATUA

    Está   esculpida   sobre   roca   arenisca   de   grano   fino   y   color   beige.   En   algunas   zonas   tiene
tonalidades verdosas producidas por el contacto con la hierba, oscuras de la tierra y negruzcas,
en la espalda, debido del neumático del tractor.

                           FIGURA 4.
                                     A: Parte posterior de la estatua.
                     B: Detalle de los restos de la túnica que lleva bajo el pallium.

    Medidas.
    —  altura: 82´5 cm.
    —  anchura: 45 cm.
    —  grosor: 25 cm.

    Representa la figura masculina de un togado que ha sido labrada solamente hasta encima de
las rodillas. Le falta la cabeza y cuello, del que solo se aprecia el inicio. La base, en la que se
ven las huellas del cincel, presenta acabado tosco. La estatua, con un ligero apoyo, se mantiene
vertical (Fig. 3).
    La parte de pecho comprendida entre el inicio del cuello y la mano pensamos que ha sido
rebajada intencionalmente, eliminando el relieve que tendría. A pesar de ello aún se aprecian los
restos de la túnica que llevaba debajo (Fig. 4, B).
    La espalda se desbastó ligeramente y se aprecian las acanaladuras hechas por el arado (Fig.
4, A); una de ellas ha arrancado un fragmento del lateral derecho, en la unión entre el primer
pliegue y el segundo (Fig. 5, A). En la parte izquierda de la figura hay dos roturas: una afecta a
los pliegues que caen en vertical y a parte de la base; otra produce una concavidad en la mayor

                         

parte   del   lateral   izquierdo   (Fig.   5,   B).   Por   toda   la   superficie   hay   desconchados   debido   a   la
blandura   de   la   roca   en   que   se   labró   y   en   la   parte   derecha   del   último   pliegue,   hay   un   hueco
natural (Fig. 5, A).
    La figura va envuelta en unpallium . Desde su lado derecho parten cinco pliegues curvos que
se recogen en la mano izquierda, a la altura de la cintura, para caer desde allí verticalmente.
Sobre el pecho se forma un escote triangular a modo de sinus, con pliegues más densos, seis a
la izquierda y cuatro a la derecha (Fig. 3). En el vértice aparece la mano diestra, que sujeta la
prenda;   su   posición   iría   forzada   respecto   al   antebrazo.   Los   dedos   están   muy   desgastados,
apreciándose un relieve que podía corresponder al pulgar, que estaría muy abierto, o bien podía
ser parte de los pliegues del escote (Fig. 6, A).
    El brazo izquierdo caería pegado al cuerpo y sólo asomaría la mano, de la que apenas queda
un muñón (Fig. 6 B).

MATERIALES ENCONTRADOS EN LAS PROXIMIDADES

    —  Bloques de arenisca con huella de haber sido trabajados:

    En   la   linde   del   bancal,   paralela   a   la   carretera,   en   el   que   se   encontró   la   estatua,   hay   dos
grandes bloques que aparecen en figura 7. El de la derecha tiene una acanaladura paralela a uno

                                    

de sus lados (cuyo detalle se puede apreciar en la fotografía de abajo), con una anchura de 8 cm.
y de profundidad desigual: en el extremo redondeado es de 4 cm., formando un plano inclinado,
que disminuye en altura hasta igualarse con la superficie de la cara. En el bloque de la izquierda
se ha rebajado su superficie central en una profundidad de 2 cm., quedando dos de sus bordes a
una mayor altura.
    En el montón de piedras que aparece a la derecha de la fotografía de figura 2, B, se encontró
un bloque que conserva dos caras originales. En una de ellas aparece una perforación y huellas
de otra (Fig. 8, arriba). En la parte opuesta hay tres huecos, que podían ser la parte final de otras
perforaciones, que tendrían su inicio en la cara original (Fig. 8, abajo). También procede de este
lugar un pequeño bloque con dos caras paralelas separadas por una altura de 14 cm. Su frente
está formado por un filete y media caña (Fig. 9, A).

    —  Otros restos:

    Fragmento   de   ímbrice:   Lleva   incisas   dos   letras   capitales.   Ambas   fueron   trazadas   con   un
instrumento   de   punta   roma,   posiblemente   un   punzón,   que   da   lugar   a   un   perfil   en   «U»;   se hicieron   estando   la   arcilla   tierna,   ya   que   se   aprecian   las   rebabas.   Las   líneas   verticales   son
ligeramente curvas y trazadas de arriba abajo.
     A la izquierda aparece un trazo ligeramente inclinado cuya parte inferior coincide con la
rotura, lo que impide determinar el resto; podría ser parte de una N, V ó U.
     A la derecha del anterior hay una A. Se hizo primeramente el trazo izquierdo; a continuación
el otro y, finalmente, el transversal que no llega a unirse al de la derecha (Fig. 9, B).
     —  Cerámica: Hay fragmentos de común ibérica lisa y pintada con decoración geométri-
ca    sencilla    y  compleja.     Un    pequeño      fragmento,      que   pertenecería      a  una    vasija   de   gran
tamaño,   está   decorado   con   motivos   vegetales   muy   estilizados   y   en   él   se   manifiesta   el
«horror vacui».
     Además hay fragmentos de sigillata sudgálica, hispánica y clara A.


                                                                                                        




CONCLUSIONES
Nuestra figura es semejante a otras aparecidas en distintos puntos de la Península. Algunas
de ellas se conocen desde el siglo XIX y han sido estudiadas por diversos autores. Nosotros sólo
citaremos los más recientes trabajos, ya que en ellos se recoge toda la bibliografía anterior, que
cualquier interesado sobre el tema puede consultar.
La escultura aparece cubierta con el pallium, también denominado toga exigua o praetexta,
lo que la diferencia de otras estatuas de togados de época imperial. Esta vestimenta tenía su
origen en el himation griego y su uso por los romanos se adoptó a partir del siglo III a. C.,
generalizándose posteriormente y compitiendo con la toga imperial
2
.
Entre sus paralelos destacan las aparecidas en la provincia de Albacete, en el Cerro de los
Santos de Montealegre del Castillo, donde son varias las figuras, más o menos completas, que
tienen parecidos con la nuestra3
. Se han encontrado también en Cartagena, que sólo se conoce
por un dibujo4
, Tarragona5
, Barcelona6
, Carmo en Portugal
7
y Badalona8
. En la escultura del
Duque se aprecian ciertas diferencias respecto a las citadas anteriormente. No se ve el abulta-miento que producen los brazos debajo del pallium. La técnica en la realización de los pliegues
del escote y los que caen verticalmente desde la mano izquierda, es distinta a la usada al realizar
el resto del pallium. Los primeros están hechos mediante incisiones, mientras que los segundos
son curvos, amplios y realizados en planos escalonados. Esto hace que se vea un perfil sinuoso
en el lado derecho, mientras que el izquierdo es más rectilíneo. La menor anchura que se
observa en el pliegue inferior se debió a que quedó interrumpido al labrarse la figura solamente
hasta por encima de las rodillas, como ya indicábamos anteriormente. Una figura ápoda,
procedente del Cerro de los Santos, es la del Museo Arqueológico Municipal «Cayetano de
Mergelina» de Yecla, pero representa a un togado altoimperial
9
. Es posible que estas diferen-
cias, así como la posición forzada de la mano que presenta la figura, se deban a la inexperiencia
del escultor para lograr los volúmenes y proporciones, tal y como se ha señalado para otras
estatuas de este tipo10
.
A un nivel inferior de los pliegues que forman el escote triangular del pallium, se aprecian
los de la túnica. En la mayoría de las figuras ésta es lisa con escote recto o curvo. En la del
Duque la inclinación y grosor de los pliegues muestran cierto parecido con la figura con bulla
procedente del Cerro de los Santos, que se ha indicado que se encuentra en los fondos del
Museo de Barcelona11
y que Noguera Celdrán indica que está en paradero desconocido12
.
Debido a la destrucción que presenta el togado del Duque no podemos saber como sería el
escote. Los restos de pliegues de la túnica parecen sugerir que fuese triangular, lo que no es
frecuente. Dentro de la escultura ibérica los escotes triangulares son de época tardía13
.
Ya señalábamos la mutilación, que creemos voluntaria, de la zona del escote, que también
afecta a parte de la mano. En caso de que hubiese sido fortuita deberían haberse dañado los
pliegues del escote del pallium, que sobresalen mucho más. Es posible que se hiciera para
eliminar algún rasgo de la figura. Esto unido a la pérdida de la cabeza hace que hayan
desaparecido los principales rasgos distintivos, tal y como señaló García y Bellido para otras
estatuas14
.
Para algunos autores los togados son la última manifestación de la escultura ibérica. La
posición de la mano cogiendo el embozo del pallium, a la altura del pecho, es propio del periodo
tardorrepublicano. La cronología que aportan los estudios más recientes oscila entre el siglo II
a.C.
15
y los que lo llevan al siglo I a.C.
16
. Algunos de estos autores como Noguera Celdrán
matizan más, ubicándolos en los decenios centrales del siglo II a. C., mientras que García y
Bellido los sitúa en la primera mitad del siglo I a. C.
Para estas esculturas se han señalado diferentes finalidades. Se las ha considerado como
representaciones religiosas, icónicas, retratos, exvotos, etc. Han aparecido en santuarios, como
las del Cerro de los Santos, necrópolis y ciudades17
.
Todos los togados de este tipo destacan por su rigidez y frontalidad, lo que apreciamos
también en el del Duque. La parte posterior no se ha labrado, lo que nos indica que solo debía
verse de frente. Seguramente se colocaría en alto, ya que, en caso contrario quedaría a un nivel
inferior a la vista y parecería desproporcionado.
La labra de estas figuras, y de otras semejantes, tal y como señaló García y Bellido, es
sumaria y esquemática y no destacan como obras de arte18
.
No podemos decir nada concreto sobre el lugar en que estaría ubicada. La presencia de los
bloques de arenisca, a los que ya hemos hecho referencia, en la zona donde apareció, podían ser
indicios de un edificio de considerables dimensiones, pero esto solo se podría confirmar o
desmentir mediante la realización de excavaciones. Es posible que la loma cortada por la
carretera tuviera cierto carácter sagrado, pues en ella y a escasos 200 metros del lugar donde
apareció la estatua se ubica la necrópolis ibérica (Fig. 2, A). La continuidad de los espacios
religiosos, a lo largo del tiempo, se ha señalado en algunos lugares19
.
También pudiera ser que la estatua se hubiese llevado desde otro punto del extenso yaci-
miento para ser reutilizada.
Balil piensa que estos togados fueron labrados por artesanos locales, tenían por finalidad
abastecer el mercado con productos más asequibles, por lo que se siguió utilizando el mismo
tipo de piedra que se usó en la escultura ibérica, pero empleando ya una iconografía romana, lo
que demuestra el avanzado estado de romanización de las zonas en donde aparecen20
.
El uso de la toga entre los iberos romanizados debió estar muy generalizado ya que Estrabón
(III, 2, 15), emplea el término togati para referirse a ellos.
La importancia que alcanzó la romanización en Puebla de don Fadrique se aprecia en que
son numerosos los yacimientos de época romana que hay en su término municipal (Fig. 1).
Cercanos al Duque se encuentran el de Bugéjar
21
y el Cerro del Trigo, en cuya cima se ubican
los restos de una fortificación romana de forma rectangular de unos 159 metros de largo por 34
metros de ancho, que contaba con potentes muros y que terminaba en un torreón rectangular.
Más alejados aparecen otros yacimientos de cronología similar a la del Duque como Pedrarias,
Lóbrega, Molata de Casas Viejas, Cortijo de la Merced, Casa Moya, etc. Y también un conjunto
de villae, distribuidas a lo largo del término municipal, de las que ya hemos dado noticias22
. Se ubicaron a lo largo de caminos que creemos fueron usados en época romana y que constituirían
un importante enlace entre el Levante y Andalucía oriental
23
.
Algunas de estas estatuas se han considerado como prueba de la existencia de un personaje
de cierta relevancia social, política, etc., con un elevado poder adquisitivo y que posiblemente
contase con la ciudadanía romana24
. Se ha señalado que estas esculturas solo pudieron ser
adquiridas por las clases superiores de las comunidades ibéricas destinadas a servir la trama
socio-política-económica creadas en Hispania por los romanos25
.
En el Duque hay materiales, como se puede ver en nuestro trabajo sobre el yacimiento, que
indican un elevado poder adquisitivo de alguno o algunos de sus habitantes, tanto en época
ibérica (a juzgar por la presencia de abundante cerámica ática), como romana, lo que confirma-
ría la hipótesis anterior.
Lóbrega, Molata de Casas Viejas, Cortijo de la Merced, Casa Moya, etc. Y también un conjunto
de villae, distribuidas a lo largo del término municipal, de las que ya hemos dado noticias22
2 SAGLIO, E.: Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines, Voz pallium, vol. IV, p. 291.
3 GARCÍA Y BELLIDO, A: «Dos datos cronológicos relativos a la escultura y epigrafía ibéricas», Estudios
dedicados a Menéndez Pidal, tomo III, Madrid, 1952, pp. 507-516.
BALIL, A.: «Plástica provincial en la España romana», Rev. de Guimaraes, 70, 1960, pp. 107-133.
RUIZ BREMÓN, M.: «Esculturas romanas en el Cerro de los Santos», Archivo Español de Arqueología, 59,
Madrid, 1986, pp. 67-87.
— Los exvotos del santuario ibérico del Cerro de los Santos, Albacete, 1989.
RUANO RUIZ, E.: La escultura humana de piedra en el mundo ibérico, Madrid, 1987.
NOGUERA CELDRÁN, J.M.: La escultura romana de la provincia de Albacete, Albacete, 1994.
4 NOGUERA CELDRÁN, J.M.: La ciudad romana de Carthago Nova: La escultura, Murcia, 1991, p. 122 y
lám. 30.
5 GARCÍA Y BELLIDO, A.: «Dos datos cronológicos…» Op. Cit. nota 3, pp. 510-511 y fig. 5.
KOPPEL, E.: Die Römischen Skulpturen von Tarraco. Berlín, 1985, pp. 88 y 89, nº 116, lám. 47.
6 BALIL, A.: «Plástica provincial…» Op. Cit. nota 3, p. 122 y fig. 3.
GARCÍA Y BELLIDO, A.: Collectión Latomus, XXV. 1966; p. 423.
7 GARCÍA Y BELLIDO, A.: Esculturas romanas de España y Portugal. Madrid, 1942, pp. 191 y 192, lám.
161, nº 227.
GARCÍA Y BELLIDO, A.: «Dos datos cronológicos…» Op. Cit. nota 3, pp. 511 y 512 y fig. 7.
8 GUITART, J.: Baetulo. Topografía arqueológica. Urbanismo e historia, Badalona, 1976, pp. 160-162, lám.
XLII, 1 y XLIII, 1.

9 NOGUERA CELDRÁN, J. M.: La escultura romana… Op. Cit. nota 3, pp. 138-140 y lám. 62.
10 NOGUERA CELDRÁN, J. M.: La escultura romana… Op. Cit. nota 3, pp. 117.
11 RUIZ BREMÓN, M.: «Esculturas romanas…» Op. Cit. nota 3, p. 80 y fig. 4.
12 NOGUERA CELDRÁN, J. M.: La escultura romana… Op. Cit. nota 3, pp. 16 a 128 y lám. 56.
13 RUANO RUIZ, E.: Op. Cit. nota 3, tomo III, p. 480.
14 GARCÍA Y BELLIDO, A.: Esculturas romanas… Op. Cit. nota 7, p. 175.
15 BALIL, A.: Op. Cit. nota 3, pp. 120 y 121. RUANO RUIZ, E.: Op. Cit. nota 3, p. 121 y NOGUERA
CELDRÁN, J. M. Op. Cit. nota 3, p. 117.
16 GARCÍA Y BELLIDO, A.: «Dos datos cronológicos…» Op. Cit. nota 3, p. 512 y RUIZ BREMÓN, M.:
«Esculturas romanas…» Op. Cit. nota 3, p. 69.
17 NOGUERA CELDRÁN, J. M. Op. Cit. nota 3, pp. 109, 112, 116, 237 y 279. RUIZ BREMÓN, M.: Los
exvotos del santuario… Op. Cit. nota 3, p. 158. BALIL, A. Op. Cit. nota 3, pp. 120 y 122. RUANO RUIZ, E.: Op. Cit.
nota 3, tomo II, pp. 186 y GARCÍA Y BELLIDO, A.: Esculturas romanas… Op. Cit. nota 7, p. 508.
18 GARCÍA Y BELLIDO, A.: Op. Cit. nota 3, pp. 508 y 509.
19 RODÁ DE LLANZA, I.: «La difícil frontera entre escultura ibérica y escultura romana». Saguntum – Extra,
1. Valencia, 1998, pp. 265-273.
20 BALIL, A.: «Plástica provincial…» Op. Cit. nota 3, pp. 114 y 120.
21 FERNÁNDEZ PALMEIRO, J. y SERRANO VÁREZ, D.: «Fragmentos de tégulas, ímbrices y ladrillos con
restos epigráficos procedentes de Bugéjar (Puebla de don Fadrique, Granada)», Antigüedad y Cristianismo, X, Murcia,
1993, págs. 625-652.
22 FERNÁNDEZ PALMEIRO, J. y SERRANO VÁREZ, D.: «Un conjunto de villas romanas del Campo de la
Puebla de don Fadrique (Granada)», Antigüedad y Cristianismo, XV, Murcia, 1998, pp. 541-575.
23 FERNÁNDEZ PALMEIRO, J. y SERRANO VÁREZ, D.: Op. Cit. nota 22, pp. 568-570.
24 RUANO RUIZ, E.: «El Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo, Albacete): Una nueva interpretación
del Santuario», Cuaderno de Prehistoria y Arqueología, 15, Madrid, 1988, pp. 253-273.
25 NOGUERA CELDRÁN, J. M.: La escultura romana… Op. Cit. nota 3, pp. 120 y 240.
RODÁ DE LLANZA… Op. Cit. nota 19, p. 266.

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